A la opinión pública:
Hoy 4 de diciembre, cumplo 24 días de huelga de hambre, exigiendo mi libertad, la que no se me da pura y exclusivamente por el poderío económico y político de la DAIA y La Embajada de Israel.
Mi crimen: denunciar la política genocida y de limpieza étnica que lleva adelante Israel en Palestina. Denunciar que el Sionismo es una nueva versión del nazismo, que la política que aplicó La Alemania nazi contra el pueblo judío, es la que aplica Israel hoy, contra los palestinos.
Agradezco la enorme solidaridad nacional como la internacional, que recibo día a día.
Ella simboliza la identificación de millones de personas en nuestro país como en el resto del mundo, con la causa de los pueblos.
Desde la propia Israel he recibido adhesiones, como de conocidos miembros de la comunidad judía argentina. Lo que está señalando el aislamiento político, de los partidarios de la guerra y de la muerte.
Es necesario y posible redoblar la acción para denotar definitivamente, la política guerrerista del Estado de Israel, como para lograr que nuestro país recupere su política exterior independiente, rompa lazos con el Sionismo y se alinee con la inmensa mayoría de naciones que desde la ONU vienen cuestionando la política israelí y exigiéndole la devolución - a sus verdaderos dueños- de las tierras ocupadas mediante actos de guerra.
Nuestro país, que supo ser de los primeros en defender el derecho a la autodeterminación de los pueblos, debe volver a ese camino, del que nunca debió apartarse. Mucho más hoy, que levanta eslóganes de progresismo que nada tienen que ver con la sumisión – de hecho- a los dictados de la embajada israelí y de la DAIA.
Hago votos por su cambio, conciente plenamente de que dicho cambio será obra – fundamentalmente – de la lucha y la movilización del pueblo, verdadero artífice de la historia. Un fuerte abrazo a todas y todos.
Roberto Martino
Desde la Cárcel de Marcos Paz
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